El libro Tibetano de la Vida y de la Muerte

    Con este libro nos encontramos un clásico que cumple más de veinte años y sigue siendo un libro de referencia. Una obra maestra en su campo, de la que podemos tener una visión personal, nueva, depende del lector, sobre la muerte y la vida en sí.




   Este libro contiene un prólogo realizado por el mismísimo Dalai Lama, con la traducción de Jorge Luid Mudtieles, a cargo de Ediciones Urano, S.A.U. Yo os hablo de la 42ª Edición con 540 páginas y seguro habrá muchas más dado que cada vez se extiende más su lectura.



   El autor de este libro fue Sogyal Rimpoche, nació en Kham en el este del Tíbet, Sogyal Rimpoché fue reconocido como el renacimiento de Lerab Lingpa Tertön Sogyal, maestro del decimotercer Dalái lama, por Jamyang Khyentse Chökyi Lodrö, uno de los maestros espirituales del siglo xx. Jamyang Khyentse supervisó el entrenamiento de Rimpoché y le educó como a su propio hijo.



      En 1971 Rimpoché fue a Inglaterra donde recibió una educación occidental, estudiando religión comparada en la Universidad de Cambridge. Continuó estudiando con muchos otros grandes maestros de todas las escuelas del budismo tibetano, especialmente con Kyabjé Dudjom Rimpoché y con Kyabjé Dilgo Khyentse Rimpoché.

      
Primero como traductor y asistente de sus venerados maestros y después logró enseñar por su propia cuenta. Realizó muchos viajes por diferentes países, observando la realidad de las vidas de la gente y buscando cómo traducir las enseñanzas del budismo tibetano para hacerlas relevantes a los hombres y mujeres modernos de todas las fes y extrayendo el mensaje universal que hay en ellas sin perder nada de su autenticidad, pureza o poder.

   Fue como forjó su estilo único de enseñar y su habilidad para adaptar las enseñanzas a la vida moderna, demostrada vívidamente en su innovador libro El libro tibetano de la vida y la muerte que se ha impreso en 34 idiomas y está disponible en ochenta países.

   Rimpoché fundó Rigpa, una red internacional de centros y grupos que ofrecen las enseñanzas de Buda a través de cursos y seminarios de meditación y compasión, además de un completo camino de estudio y práctica que sigue cada fase de las enseñanzas de Buda.

   Enseñó durante más de cuarenta años en Europa, América, Australia, y Asia, dirigiéndose a numerosas personas en sus retiros y en sus giras en las que impartía enseñanzas.

   Este libro es una exhaustiva obra maestra de la espiritualidad, presenta unas sencillas y poderosas prácticas de la tradición tibetana, asequibles a cualquier persona, sea cual sea su religión o tradición cultural, para que pueda transformar su vida, prepararse para la muerte y ayudar a los moribundos.

   También es un manual, una guía, un libro de consulta y una fuente de inspiración sagrada. Esta nueva edición, totalmente revisada y actualizada, incluye una nueva introducción de Patrick Gaffney, editor de la primera versión del libro, hace ya más de veinte años, que hace un recorrido por la historia de esta obra y su influencia en el mundo de la espiritualidad y el acompañamiento tanatológico.

   Un libro, gramaticalmente con fluidez para leer, pero denso por el contenido. Debe leerse con calma con el tiempo necesario según el lector para poder recibir todo lo que este libro aporta.

   Es como si encontráramos dos partes principales, una amplia sobre la vida, casi 200 páginas y otra sobre la muerte. Nos habla por ejemplo, de la impermanencia: todo cambia constantemente, nada dura para siempre, todo es perecedero. Nosotros tratamos de aferrarnos con todas nuestras fuerzas para que no cambie, y aquí surgen los primeros problemas de nuestros tiempos.

   Sogyal nos habla de la Naturaleza de la Mente, un tema difícil de comprender a la primera, este es otro tema clave que se trata en el libro. ¿Por qué? Porque según nos plantea, es un tema muy profundo que sólo con años de práctica y la ayuda de un maestro se es capaz de ver.

   Expone que se deben cumplir tres condiciones para que se pueda efectuar la introducción a la naturaleza de la mente, él lo llama «los 3 auténticos» que son: Bendición del Maestro: sólo puede darnos la introducción a la naturaleza de la mente una persona que la haya realizado plenamente, que tenga la bendición y la experiencia del linaje.

   Bendición del Alumno: el alumno tienes que tener una amplitud y apertura de miras.
Y el método, en el que mete la temática de la muerte. El acompañamiento al moribundo, consejos, es cuando como lectores, nos damos cuenta que sí, tenemos que morir todos algún día, y por tanto también las personas a las que queremos.

   No obstante actuamos como si quisiéramos esquivar el tema, quizás por poseer otra cultural o no pasar por esa espiritualidad que nos haga, digamos, saber estar y estar para nosotros mismos.

   ¿Has sido consciente del momento en el que caes dormido? ¿ Podremos ser conscientes en el momento que caemos en la muerte? Según nos cuenta, al morimos, la conciencia del difunto vuelve a pasar por la experiencia de la muerte cada semana, exactamente el mismo día. Y que esto se puede repetir hasta 7 semanas máximo.

   Yo os invito a disfrutarlo con calma, para que entren en los niveles que plantea sobre lo que es la Vida y la Muerte. Por mi parte no veo que haga proselitismo budista, creo que aunque la obra muestra la visión del mundo budista, no se propone la idea que esta es la única forma de espiritualidad válida. Muestra una sincera apreciación hacia los conocimientos alternos con respecto a la vida y la muerte.

  Refleja como poner en práctica la compasión. Una ética enfocada principalmente a tratar de ponerse en los zapatos del otro y sobre todo, nos muestra como ser abiertos al sufrimiento. El acercamiento al sufrimiento ajeno no debe provenir de la lástima, la compasión es producto que los seres humanos estamos amparados bajo el manto del sufrimiento y nadie está exento de ello.

«…para nosotros, la impermanencia equivale a angustia, nos aferramos desesperadamente a las cosas, por más que éstas estén, sin embargo, predestinadas al cambio. Nos aterroriza desprendernos de ellas, pero en realidad, es el hecho mismo de vivir el que nos aterroriza, ya que aprender a vivir es aprender a desprenderse.»— Sogyal Rimponché



 

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