Experiencias extraordinarias de la autora, Paloma Navarrete, en las que el más allá se manifiesta. Sacado con la Editorial Planeta S.A. en 2014 con papel libre de cloro, brillante para la conservación del mismo y ecológico.
Un libro en el que con unas 221 páginas, nos relata cómo fue su infancia, sus primeras visiones y viajes astrales, nos sumergimos al leerlo en sus posteriores vivencias esotéricas más relevantes, su aprendizaje con su chamán en Guatemala durante tres años, que cambió por completo su vida. Tuvo que desaprender muchas cosas para aprender a percibir la auténtica realidad.
Nos comparte y nos hace comprender, diría como desarrolló y usó su Don, a través de todas sus experiencias durante su dilatada trayectoria como vidente y médium en la búsqueda de personas desaparecidas, los contactos con fallecidos, la investigación en casas encantadas, además de otros casos curiosos en compañía del Grupo Hepta.
Sus instrumentos habituales de trabajo eran la ouija y una bola de cristal. La clarividencia y la capacidad de comunicarse con los muertos, le permitieron verlos y establecer con ellos un diálogo fluido, ayudando a muchas personas que acudieron a ella para que les diera respuesta a cuestiones que parecían imposibles de resolver, y también a que los habitantes de la Frontera pudieran volver al otro lado, al que les corresponde.
Paloma Navarrete fue, ya desde su juventud, muy dada a las premoniciones. Se trasladó de Madrid a Guatemala y allí aprendió que hay otras vías de percepción distintas a los cinco sentidos tradicionales. Practicó la psicometría, realizó viajes astrales y vio el futuro en una bola de cristal, entre otras experiencias. Al regresar a Madrid, estudió psicología, astrología, quirología, numerología, cábala y mitología y algo de antropología, y fundó el primer Gabinete de Futurología de la capital. Después se sucedieron las colaboraciones con los medios de comunicación (en los programas del doctor Jiménez del Oso, de Jesús Hermida, de José M.ª Iñigo) y el horóscopo de distintas revistas, como Vogue y Mujer Hoy. El Padre José María Pilón la incorporó como sensitiva a su equipo de Investigación de Fenómenos Paranormales (Grupo Hepta), y así vivió en directo las Caras de Bélmez, las investigaciones del Palacio de Linares y del Museo Reina Sofía, entre otras. Más tarde se incorporó como colaboradora eventual al programa de Iker Jiménez «Cuarto Milenio». Falleció el 15 de julio de 2022, pero siempre quedará en nuestra retina por los que nos mostró y sus libros son prueba de ello.
“Dijo a sus próximos que cuando se le acabara el propósito en esta vida, emprendería el vuelo, pero que se iba a quedar una temporada por aquí y que iba a hacer alguna broma. Decía que iba a hacer alguna de sus jugarretas, porque ella era burlona”, declaraba el periodista Enrique De Vicente.
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