En busca de que escribir,
resuelvo el enigma dirigiendo mi atención, a solo conversar con la gente que
encuentro On-line, descubro que hay mucha gente conectada un Sábado por la noche
– hay mucha gente responsable- me digo, o puede que, sería más adecuado decir,
que hay mucha gente sin planes un sábado por la noche. Me incluyo en aquella
afirmación. Qué pena, desastre, tremenda voltereta, un pan con palta, no siempre
los findes, son para dedicarle horas a la noche bohemia. Pero por razones que
escapan a mí entender, decidí solo esconderme en mi calabozo, en donde destino
mis minutos más ganglios a darle golpes a las teclas.
Pero en mi caso es más
responsabilidad que otra cosa, mi razón tiende a llevarme por el camino correcto
y alejarme de aquellos pensamientos pecaminosos que suelen envolverme en mantos
de júbilo y gozo. Pero no duran más que pasado unos minutos y el golpear las
teclas, ayuda a que se disipen esos pensamientos, sepultándolos en el abismo del
olvido. Este sábado solo me quedare en casa, porque el Domingo tengo que currar,
cosa que ha sido una locura, mientras algunos hacen planes para ir de farra, o
pasar un fin de semana con la familia, yo tengo que lidear con Ing. Satánicos,
Técnicos virulentos, Operarios sin gracia, y una que otra Auditoria sorpresa,
nunca faltan. Lástima, pero cada quien carga su cruz.
Después de pasado unos minutos,
ya estaba dedicando mi tiempo a algún encuentro con las Voces, que no cesan
durante el día, estoy volviéndome un experto en interpretarlas, más aun, en
desencriptarlas, solo dejando lo audible para subirlo a la nube, solo lo
entendible, porque no es que las escuche siempre hablarme en un idioma, siempre
hay muchos idiomas mezclados, solo detecto lo que es por mas, traducible. Lo
demás, lo dejo para otra noche en que me vea de nuevo golpeando las teclas
sedientas. Y condenado a pasar un fin de semana en el calabozo, donde me
acompañan siempre imágenes del pasado, y soy sacudido por el presente e
insultado con demencia por el futuro.
El celular suena, es una
llamada algo esperada, la salvación para el aburrimiento, si lo hubiera claro,
unos amigos quieren encontrarse para unos tragos, declino a solo entregarme a la
hoja que yacía blanca y serena y quiere que hoy le de mi corazón y encuentre en
mi, razones para poder nacer, y dentro de poco ser publicada en la ventana que
he creado para estos encuentros, pero la pesadumbre a veces se forma, y no
siempre quiere extinguirse, no entendiendo cómo la luna puede encontrarse tan
hermosa en esta época del año, sucede que no suelo ver a la luna si no es porque
estoy en el trabajo, y en esta ocasión se me dio por salir al patio por un
cigarrillo. El hecho de fumar es por aburrimiento, me han aconsejado dejarlo,
pero por muchas cosas que ahora no vienen al caso, me he visto envuelto en
prenderme de aquel humo que aflora de mi garganta y escapa entre la noche
serena. Me sugieren dejarlo, pero no se dan cuenta que el humo que emana de
aquellas maquinas de lata, es sin duda la muerte segura de muchas de las
personas que han dejado este mundo. Pero de lo que estoy seguro, si, que es un
vicio que mata lentamente, estoy seguro que el mal ha entrado no solo por mis
ojos, si no, también he cedido a las tantas veces que Satanás a tocado mi
puerta, y tomado un café con Lucifer.
Golpean la puerta de mi
calabozo, extraviado, no encontrando las pantuflas, decido abrir antes, es
cuando el café llega sin pedirlo, Mamá sabe lo que a su hijo le encanta, veinte
de nota para mi Madre, afloran las ganas de querer continuar, escondo los
zapatos y los pantalones para la calle, escondo la billetera por que no es que
no sepa controlarme, pero es así como debo de seguir con este golpeteo que ha de
tornarse cada vez más complicado, en vista de que la verdad es otra. Si, la
verdad ahora aflora, necesito de esos otros, de la calle, de la agonía del
cigarro, de los demás, para poder tener de que escribir, es cuando desprendo de
mi cabeza aquellas imágenes de noches bohemias y las extiendo en la mesa, las
enmarco, las encuentro pintorescas, pero son suficiente como para poder crear el
primero de los 5 capítulos que quiero dedicarle a uno de mis hijos: Huracán en
la Hoja.
Es esto un sábado tranquilo
para el hacedor de estupideces, y dejo un agradecimiento a Lucifer por pasar a
saludar, traer consigo una taza, y calentar mi calabozo cuando es el frio de
Lima, el que se hace presente, justo cuando menos lo quiero. Saludos a las
tantas veces que he pasado a tocar la puerta de otros y solo merecer un saludo
alunado, áspero y sin sentido alguno, sin el corazón, si no le pones corazón a
las cosas, no hagas nada. Solo quédate en casa.
por Armando Q.
http://forgottenpaprs.blogspot.com.es/2012/04/el-calabozo-donde-escribo-por-armando-q.html
Gracias amiga por desear darme un espacio en tu blog... estupendo!... gracias por compartir mis letras.... un enorme abrazo.. saludos!
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