REAL O IRREAL

Ensimismados en los juegos, los compañeros del dolor, Lucas y Hugo exprimían los últimos rayos del ocaso para recibir el descanso de todo un día de estragos.
Ajenos a la pesadilla que el día procesaba sin explicación, sin razón para enmendar o evitar la situación.
El sol acaecía y la tapa caía y con ella el fin de la ignorancia, un antes y un después o un rendir a la supervivencia...


Se tumbó a coger los últimos rayos del ocaso y dejo llevar su cuerpo en la tierna inocencia...
En lo que sucumbía el día Hugo cayó al pozo, vacío y húmedo que Lucas cerró.
Allí quedó sólo ante su mayor miedo, la oscuridad sombría.
Desde abajo miraba hacia arriba buscando aliento de salir, sentía que le faltaba el aire y sostenía su latir...
La tapa se cerró y con ella nacieron sus dudas, temores y tambaleó su propia existencia.
Sólo con la oscuridad penetrante, sombría, húmeda y astía, que rodeaba su cuerpo como único abrigo.
No sabía si era real o irreal lo que acontecía, el tiempo era eterno no había salida, pasaban los segundos, minutos, horas o días. Incalculable porque quedó perdido y desorientado tomando el silencio como compañía en el viaje indeseable...
Hugo comenzó a preocuparse, nadie oía sus gritos ni encontraba a Lucas, ¿Es un sueño?, ¿me habré quedado dormido?, ¿y si no es así?
El frío recorría su cuerpo mientras el miedo le invadía, la voz en su desespero abandonó su cuerpo. Sólo recordaba lo que Lucas siempre contaba, que si moría en un sueño moría en la vida y pensó que tal vez dormía y vivía una pesadilla. Siendo así como evitar morir en ella y evadirse del terror que le alimentaba.
Embriagado en la desolación y abandono no encontró conocimiento, ante su asombro, desconcierto o incomprensión, cerró el aullido como aquella tapa sin emoción.
Podrán decir que al final amaneció y en la muerte dulce encontraron a Hugo o contarán que en el pozo algo más que una pesadilla se vivió...